Tomado de Granada Digital GD. Con una frase parecida y adaptando la frase en latín Nolite te bastardes carborundorum acaba el cuarto capítulo de la serie “El cuento de la criada”, una distopía que a menudo tras leer la prensa diaria se nos hace bastante real. Esta frase, que se puede traducir «No dejes que los bastardos te machaquen», me ha parecido muy oportuna para iniciar este espacio y hablar cómo las mujeres debemos estar en alerta y seguir luchando ante los subversivos modos y maneras del sistema patriarcal. El pasado jueves los medios de comunicación informaban de la decisión de la Magistratura que ha sentenciado a la Manada, los violadores del caso de los Sanfermines salían a la calle tras el pago de la mísera cantidad de 6.000 euros de fianza. No todas tenemos esa cantidad en nuestras cuentas corrientes, pero es un hecho ya probado que a los condenados no les ha resultado muy complicado obtenerla en un plazo breve de tiempo. El sistema judicial volvía a revictimizar a la víctima y dar impunidad a los violadores al no aplicar el ordenamiento jurídico interno ni la legislación internacional en materia de género como el Convenio de Estambul. Este hecho deleznable volvía a obligarnos a las feministas de todo el país a salir a la calle para reivindicar una justicia igualitaria a la de nuestros conciudadanos hombres. Y es que aunque todavía haya gente que niegue la mayor, vivimos lamentablemente en una sociedad patriarcal que muestra siempre que puede su arraigo y poder allí donde puede y se le deja. Tristemente el juicio a la Manada es uno de muchos pero el trato despectivo que de diversas formas se ha hecho a la víctima, y la muestra de la insensibilización y falta de formación en perspectiva de género de la judicatura nos ha levantado y aunado ante una situación ya de por sí insostenible. Muchas mujeres han sido asesinadas por sus violadores ante su respuesta (recordemos a Diana Quer o Nagore Laffage), así como otras muchas no denuncian ante el duro trance del proceso judicial y rememoración de los hechos. El sistema judicial con esta sentencia y sus reacciones ante la respuesta en la calle ha vuelto a demostrar su marcado carácter patriarcal. ¿Cómo una sociedad «avanzada» puede cuestionar y difundir los impactantes hechos probados en el Auto? ¿Cómo se puede cuestionar la vida privada de la víctima? Y sobre todo, ¿cómo se puede victimizar y arengar a los agresores? Las mujeres ya lo demostramos el pasado 8 de marzo. La marea violeta es imparable y no nos vamos a achantar ante ciertos sectores machistas de la sociedad. Cada vez más mujeres se reconocen como feministas, a pesar de las connotaciones negativas que siempre nos han hecho creer sobre el término. El Feminismo es un movimiento político y social pacífico que aboga por la igualdad real, por la equiparación de derechos y por una sociedad que trate de igual manera a las mujeres y los hombres. Concebir este grave caso como un simple abuso sexual es perpetuar y defender la cultura de la violación y, por ende, la cosificación del cuerpo de las mujeres. Por ello, animo a todas las mujeres y hombres que gritemos fuerte Nolite te bastardes carborundorum, sistema patriarcal y judicial.