El 20 de diciembre se conocerá la sentencia hacia los violadores de Gisèle P. Sea cuál sea, este proceso nos habrá permitido conocer a una mujer sin ninguna historia reseñable más allá de su área de vida ordinaria. Gisèle P. ha tenido la grandísima valentía de abrir al mundo unas vistas a puerta cerrada que la condenaban, de nuevo, a sufrir la mirada despiadada de sus violadores.
Ni vergüenza ni arrepentimiento por parte de ellos; sólo el azar les ha obligado a mirarse en el espejo del escrutinio asqueado de su vecindario, provincia, país y extranjero. Han violado a conciencia a una mujer drogada por su marido, y el único consentimiento era el de ese miserable.
Una mujer corriente violada por hombres corrientes, porque #NotAllMen pero… sí todas las mujeres somos potenciales víctimas.